Las pirámides poblacionales de Puerto Rico cuentan historias relacionadas con los cambios sociales y económicos ocurridos del siglo 20 al siglo 21. El tamaño y estructura de una población, presentado en la gráfica, es producto de los nacimientos, las muertes y los flujos migratorios que ocurren en una sociedad. Estos eventos vitales en la vida de los individuos se enmarcan en fuerzas sociales, económicas y políticas que crean condiciones que inciden en las decisiones que toman las personas.
Las pirámides incluyen los datos registrados en los censos del 1899 al 2010 y los estimados del 2010 al presente Las transformaciones en la demografía de la sociedad puertorriqueña del siglo 20 y el 21, se presentan en tres secuencias; dos representan el siglo 20 y una para los datos disponibles para el siglo 21.

La población de Puerto Rico incrementó de 953,136 personas en el 1899 a 2,210,703 personas en el 1950. En las pirámides de la época del 1899 al 1950 se encuentra un patrón demográfico de pirámide expansiva. Este tipo de gráfico se encuentra en poblaciones donde el crecimiento de la población se produce cuando aumenta la natalidad, se reduce la mortalidad y aumenta la esperanza de vida. Debido a la mortalidad o a la emigración, se producen cohortes de menor tamaño según se avanza en edad creando escalones que terminan en un tope reducido culminando la forma piramidal. Las variaciones en el tamaño de las cohortes o grupos de edad, ilustradas en el tamaño de las barras, son producidas por eventos como la mortalidad y la migración en estos grupos.
El tamaño de las barras de todos los grupos de edad refleja la reducción en la mortalidad. La esperanza de vida al nacer va de 38.2 años en el 1910 a 60.9 años en el 1950. Las personas sobreviven y tienen vidas más largas. En las primeras décadas (1899 al 1930), el tope de las pirámides tiene pocas personas de 75 años o más. El censo informa que eran 6,918 personas en 1899 de 75 años o más y el tamaño de ese grupo de edad aumenta a 30,807 personas en el 1950. Mejoras en la infraestructura, medidas de salud pública y el acceso a servicios médicos son algunos de los factores que contribuyeron, de manera positiva, a la salud individual y a la supervivencia en todos los grupos de edad.
La cantidad de nacimiento más alta, informada por el Registro Demográfica del Departamento de Salud de Puerto Rico, fue de 86,582 en 1945 y de 85,455 en el 1950 mientras que las muertes fueron de 28,880 y de 21,917 en el 1945 y el 1950, respectivamente. El aumento de la población, dada la diferencia entre los que nacen y mueren, fue de 57,702 en el 1945 y de 63,538 en el 1950. Durante esta época, la población menor de 20 años representaba la mitad de los habitantes, promediando alrededor del 53% de la población total siendo este el segmento representado en la base ancha de esta pirámide.
Históricamente, se ha observado que las sociedades con economía agrícola exhiben el patrón de pirámide expansiva. Esto se ha encontrado en circunstancias donde la economía doméstica aprovecha la mano de obra de sus hijos para trabajar la tierra o estos contribuyen a la economía familiar lo que ganan mediante el empleo. En Puerto Rico, la economía de la primera parte del siglo 20 se caracterizó por producción agrícola de caña en las centrales azucareras de corporaciones norteamericanas en el litoral costero y en la región montañosa, la producción de café en haciendas y de tabaco y otras cosechas en el campesinado que cultivaba para la subsistencia y el mercadeo a pequeña escala. Muchas familias se sostenían trabajando como obreros agrícolas o como productores en pequeñas fincas donde los hijos aportaban a la economía doméstica. En la sociedad se favorecía la familia con muchos hijos.
La población clasificada con residencia rural era de un 85.4% en el 1899. A mediados del siglo 20, la población rural disminuye a un 59.5% del total cuando la importancia económica de la actividad agrícola disminuye. Es en la década de los cincuenta cuando se promueve la industria, el sector de servicios y el comercio que favorecen la migración interna del medio rural al urbano. Las oportunidades laborales, educativas y sociales atraen a las personas a establecerse en los pueblos y las ciudades de la isla.
Pirámide Poblacional de Puerto Rico
1950
La estructura de la población de 1950, representada en una pirámide expansiva, cierra una época histórica de crecimiento de la población. En ese momento en Puerto Rico, la población era joven y los servicios públicos se organizaban para atender a las familias con muchos hijos mediante programas en las áreas de vivienda, educación y salud. Aumentó la esperanza de vida de las personas y aparece un aumento en la población de personas que alcanzan y sobrepasan los 75 años. Una barra de mayor tamaño representa a los envejecientes en el tope de la pirámide en claro contraste con la escasa población en ese segmento que existía al comenzar el siglo 20.
Esta pirámide del 1950 es el comienzo de la próxima historia sobre la demografía de la segunda parte del siglo 20. Durante la década de los años cincuenta se promovieron proyectos que establecían actividades económicas dirigidas hacia el estilo de vida de sociedades con el modelo urbano industrial y se estimuló la emigración de trabajadores a los Estados Unidos. Las secuencias de las pirámides de 1950 al 2000 presentan los cambios significativos en la estructura de la población de Puerto Rico que ocurren con la industrialización y modernización de la economía.

La primera parte del siglo 20 en Puerto Rico se caracterizó por el crecimiento de la población y una distribución por edad y sexo con forma de pirámide expansiva con base ancha. En el 1950, el incremento en la esperanza de vida crea un tope de mayor tamaño reflejándose en el aumento del tamaño de las cohortes de 75 años o más. Para la segunda parte del siglo 20 se han construido las pirámides añadiendo tres cohortes adicionales; la población de 75 a 79, la de 80 a 84 y la agrupación de los de 85 años en adelante. Esta redefinición en las cohortes hace que la pirámide exhiba el tope fino característico de la pirámide expansiva cuando se aplica la escala a los datos del 1950.
La pirámide del 1960 mantiene la base ancha de una pirámide expansiva y la población de jóvenes todavía representa el 53.2% de los habitantes. Es en las cohortes de adultos en edad productiva de 20 a 49 años donde aparecen cambios al patrón esperado. Varias de las cohortes adultas, son de tamaños similares en vez de seguir el patrón de reducción en el tamaño de la siguiente cohorte de mayor edad que se observó en las décadas anteriores. En los adultos en edades productivas se observa más población femenina que masculina. La historia detrás de estos patrones requiere datos detallados sobre mortalidad y migración en la década anterior (1950 al 1959). Estos cambios demográficos están enmarcados en los eventos de la política pública, denominada “Manos a la Obra”, donde se fomentaba la actividad industrial de manufactura en la isla. El esfuerzo liderado por el gobierno trae cambios sociales según las personas adoptan un estilo de vida asociado con la infraestructura moderna y la vida en el medio urbano. Como parte del proyecto se continúa promoviendo la emigración. Muchos puertorriqueños, solos y con sus familias, partieron a buscar empleos en los sectores agrícolas y de manufactura de Estados Unidos y se establecieron permanentemente en el continente norteamericano.
Comienzan los cambios en la pirámide expansiva del 1970 exhibe un patrón donde la diferencia en el tamaño entre las cohortes adultas se reduce según aumenta la edad. Lo más interesante es que la cohorte de 0 a 4 años (en la base) se reduce por alrededor de 20,148 individuos al tener 318,106 personas mientras que la de 5 a 9 años tiene 338,254. También, se observa en poca diferencia entre el tamaño de la cohorte de 5 a 9 años y la de 10 a 15 años. Es la primera vez que en la base se reduce el tamaño de la cohorte de entrada desde el 1899, y se observa tamaño similar o reducido entre las cohortes jóvenes que es lo que aparece en la pirámide del 1980. La forma de pirámide expansiva se mantiene en las cohortes adultas y se ve el aumento en la población de las cohortes de edad avanzada cuando la esperanza de vida sube de 71 años en el 1970 a 73.7 años en el 1980.
Al comenzar la última década del siglo 20, la pirámide del 1990 dibuja un patrón de reducción escalonada según aumenta la edad, pero la diferencia de tamaño entre las cohortes de mayor edad disminuye. Es en la base donde observamos la disminución en el tamaño de las cohortes de los menores de edad. Esta distribución apunta a una tendencia hacia una base asociada con la pirámide constrictiva o invertida. Esta reducción en las nuevas cohortes de la población joven se ha observado en sociedades industriales con economías de alta tecnología como las europeas.
La reducción del número de los individuos que nacen continúa al final del siglo 20 y aparece un patrón rectangular en la pirámide del 2000 cuando varias cohortes de adultos de edad productiva son de tamaño similar particularmente en la población femenina de 25 a 54 años. Es cuando miramos el segmento de los mayores de 55 años donde ocurre una reducción en el tamaño de las cohortes según envejecen las personas. Sin embargo, al comparar la pirámide del 2000 con la del 1899 encontramos que ha incrementado la población envejeciente durante el siglo 20 de 6,918 personas al comenzar el siglo a 184,814 en al finalizar el mismo que tienen 65 años o más.
Esta característica de tamaño similar en las cohortes de menores y adultos y un incremento en la población envejeciente se denomina la pirámide estática o estable. Se asocia con sociedades donde se reduce o se detiene el crecimiento de la población y se ha observado en sociedades donde la organización de la vida y del trabajo gira alrededor de la industrialización. En Puerto Rico, los cambios significativos en los patrones de natalidad y en el tamaño similar de las cohortes se establecen en las décadas posteriores a los programas que promueven la actividad económica industrial urbana. El mismo se ha relacionado con la emigración y con la participación laboral de las mujeres en la manufactura, el comercio y el sector de servicios públicos y privados.
Pirámide Poblacional de Puerto Rico
2000
La pirámide del 2000 representa una estructura de una población que ha dejado de crecer, asemejándose más a una pirámide estática o estable. En la secuencia de pirámides de la segunda parte del siglo 20 comenzamos con la pirámide expansiva del 1950 asociada a el crecimiento de la población y termina el siglo con una estructura de la población que evidencia que se detiene el crecimiento y que el tamaño de la población es relativamente constante. Los demógrafos han observado este cambio en sociedades que abandonan la agricultura y adoptan la forma de vida industrial y lo denominan transición demográfica. El siglo 21, ilustrado en la próxima secuencia, trae más cambios a la estructura de la población y estos presentan una situación novel para la sociedad puertorriqueña.

Las secuencias de las pirámides del 2000 al 2018 cuentan una nueva historia en la demografía de Puerto Rico. En estas secuencias, con los datos del Censo desde el 2000 y los estimados anuales de la población hasta el 2018, se observa una merma en la natalidad como el cambio significativo que transforma la estructura de la población de Puerto Rico. La base de la pirámide del 2000 exhibe características del patrón de pirámide constrictiva o invertida asociada con reducción en el tamaño de la población. La distribución poblacional del 2010 describe una población donde las estimados intercensales muestran una reducción de los nacimientos que indica que no se están reemplazando a las personas que mueren. Esta pérdida poblacional por la relación entre nacimientos y muertes parece agudizarse cuando factores ambientales, sociales y económicos que favorecen que las personas recurran a la emigración. Dado que las condiciones de vida favorecen el aumento en la esperanza de vida se incrementa la proporción de población adulta y envejeciente y disminuye la proporción de menores.
Al finalizar el siglo 20, la pirámide de Puerto Rico exhibía segmentos típicos del modelo de pirámide estática o estable de sociedades sin crecimiento o perdida poblacional. Junto a la reducción en la natalidad de la pirámide del 2010 se registra un incremento en la edad promedio de la población. En el 2010, la edad promedio de los hombres en Puerto Rico era de 35.1 años y de las mujeres era de 38.9 años. La edad promedio estimada para el 2018 aumenta a 40.9 años en los hombres y a 44.5 años en las mujeres. La esperanza de vida es otro indicador del envejecimiento de la población. En el 2010, la esperanza de vida era de 78.4 años y aumenta a 80 años en el 2018. Esta realidad demográfica crea una situación social diferente a lo que se conocía en el siglo 20 donde la sociedad proyectaba un futuro donde las actividades de la juventud impulsarían los desarrollos económicos y los envejecientes disfrutarían de su retiro.
En el 2000, el comienzo del siglo 21, Puerto Rico tenía 3,808,610 habitantes y el último estimado del censo para el 2018 es de 3,195,153 personas lo que significa una pérdida de 613,457 personas del 2000 al 2018. La natalidad no es el único factor que contribuye a la perdida poblacional ya que la emigración a Estados Unidos se ha incrementado en ese periodo de tiempo como respuesta a las limitaciones en las oportunidades económicas disponibles en la isla y por eventos de la naturaleza que agudizan los problemas económicos. Esto es lo que parece explicar el tamaño de las cohortes de edad productiva entre 30 y 39 años tal como muestra la siguiente gráfica.
Pirámide Poblacional de Puerto Rico
2019
El contraste entre los patrones en la estructura de la sociedad de la primera parte del siglo 20 con los patrones de las primeras dos décadas del siglo 21 es dramático. Nos presenta un escenario de cambios demográficos y sociales donde muchas de las premisas del pasado ya no aplican. La sociedad en la que vivimos no puede fundamentar el análisis en proyecciones del pasado que asumían que los envejecientes obtendrían beneficios derivados del trabajo de una creciente población de jóvenes. La población está envejeciendo y la población joven disminuye, pero la discusión pública sobre los problemas no siempre reconoce esta realidad cuando consideran nuevos derroteros para el futuro de Puerto Rico.

Al comparar las pirámides del 1899 y la del 2018 encontramos unas grandes diferencias en la estructura de la población puertorriqueña. El siglo 20 fue una época de población joven y un gran crecimiento de la población que alcanzó, en el año 2000, los 3,725,789 habitantes y el siglo 21 es uno donde disminuyen los nacimientos, envejece la población y la población joven en edades productivas emigra buscando oportunidades económicas y sociales.
La comparación presenta pirámides definidas de acuerdo con las clasificaciones utilizadas a comienzos del siglo 20 cuando el censo agrupaba la población de 75 años o más por esta representar una pequeña proporción de los habitantes. La población envejeciente del 2018 se presenta agrupada utilizando la escala de la pirámide del 1899. El censo de 1899 informó que la población que supera los 75 años era de 6,918 personas mientas que se estima en 299,397 la cantidad de personas en ese grupo de edad en el 2018.
El grupo de edad más grande en la pirámide del 2018 corresponde a las personas que han alcanzado o superado los 75 años mientras que en el 1899 era el otro extremo, la base de la pirámide con la población entre 0 y 4 años, era la cohorte de mayor tamaño. La reducción de la población joven en el presente es dramática y sorprende notar que la base del 2018 tiene 125,796 personas lo que representa menos personas que las 150,403 personas que tenía la base del 1899 cuando el censo informa 953,136 habitantes en Puerto Rico.
El contraste entre estas dos pirámides cuenta una historia de transformaciones profundas en la vida de las personas y en la organización de la sociedad. Las secuencias de las pirámides ilustran la historia al representar como se fue modificando la composición de los grupos por edad y sexo que forman la estructura de la población. En pocas generaciones aparece una composición demográfica diferente producto de cambios en los patrones de natalidad, mortalidad y migración que ha experimentado la sociedad puertorriqueña.
La pirámide del 2018 refleja una población donde el tamaño de cada nueva cohorte se va reduciendo y aparece una forma de pirámide invertida al aumentar el tamaño de las cohortes de personas envejecientes con mayor esperanza de vida y disminuir la cantidad de menores con el descenso en la natalidad. La pirámide del 1899 se clasifica como pirámide expansiva o progresiva donde se ilustra una sociedad de alta natalidad y mortalidad donde hay una baja esperanza de vida. La pirámide expansiva del 1950 presenta como creció la población al disminuir la mortalidad en todos los grupos de edad y como aumentó la esperanza de vida. Durante la parte final del siglo 20 (1990 y 2000), vemos en la pirámide varias cohortes de tamaño similar que crean una apariencia rectangular asociada al patrón de pirámide estática o estable. En las secuencias aparece el cambio que ocurre en la estructura de la población de Puerto Rico en estos dos siglos.
El siglo 20 comienza con una estructura de la población de pirámide expansiva o progresiva y terminamos el siglo con un patrón con características de pirámide estática o estable con poco o ningún crecimiento de la población. En el siglo 21, al representar los datos del 2010 y los estimados posteriores aparece la tendencia de pirámide constrictiva o regresiva asociada con disminución de la población debido a la reducción en la cantidad de nacimientos. Hasta el momento la reducción en la población es la tendencia del siglo 21.
Estos cambios se han observado en otras sociedades. Se denomina transición demográfica cuando se transforma la estructura de la población de una de pirámide expansiva hacia una de pirámide estática o pirámide constrictiva. Se asocian estas tendencias a los cambios sociales y económicos que ocurren cuando las sociedades agrícolas, con alta natalidad y mortalidad, se insertan en economías industriales y de tecnología informática. Actualmente, las pirámides de la población de países de América del Norte, del norte de Europa y en países asiáticos como Japón con economías industriales exhiben características de pirámide estática o estable, o de pirámide invertida. En muchos países existe un aumento en la población envejeciente con alta esperanza de vida debido a que baja la mortalidad para todos los grupos de edad y existe una reducida proporción de niños y jóvenes por la disminución en la natalidad. La pirámide de la población mundial en Population Pyramids of the World3 exhibe el patrón de pirámide estática o estable.

Las tendencias en la población de Puerto Rico desde el 1899 hasta el 2018 reflejan cambios en la natalidad y la mortalidad. El Registro Demográfico del Departamento de Salud informa que para el 2016 se registraron más muertes (29,640) que nacimientos (28,344) en Puerto Rico. La siguiente gráfica ilustra las tendencias en nacimientos y muertes que aportaron al aumento en la población del pasado y la tendencia reciente donde los nacimientos no reemplazan la cantidad de personas que mueren.
El siglo 21 presenta una nueva realidad para la población de Puerto Rico particularmente para la creciente población de envejecientes que crecieron en una isla de población joven con pocos envejecientes. Entender las implicaciones que acompañan estos cambios representa un reto para la sociedad que se organizó con normas y desarrolló planes asumiendo que se mantendría el crecimiento poblacional.
Las transformaciones en las pirámides poblacionales de Puerto Rico del 1899 al 2018, ilustradas en las secuencias, reflejan cambios profundos en la sociedad puertorriqueña. Muchos adultos, crecieron y se educaron en la segunda mitad del siglo 20 y conocieron una sociedad con una población joven y pocos de sus familiares o vecinos vivían más de 75 años. En los espacios públicos y en los medios de comunicación veíamos familias nucleares, matrimonios de adultos jóvenes con dos, tres o más hijos. La vivienda con varias habitaciones que se construía, en el sector privado y público, se consideraba el lugar apropiado para el bienestar de las familias nucleares. No era raro ver, en el campo y en la ciudad, unidades domésticas con familias extendidas donde las familias nucleares integraban a parientes con algún vínculo reconocido como abuelo, tío, nieto, sobrina, compadre o madrina. Generalmente, las personas que alcanzaban edades avanzadas eran cuidadas por los miembros de esa unidad doméstica.
Ahora, al finalizar la segunda década del siglo 21, cuando la noticia del día es el cierre de escuelas, muchas de estas personas se asombran y claman por un sistema educativo con muchas escuelas. Cuestionan lo que se dice y se hace al no ser cónsono con lo conocido en su juventud. Una visión de mundo formada en épocas de crecimiento poblacional, como lo vivido en el siglo 20, asume que construir una escuela es bueno, que las viviendas deben tener muchas habitaciones y que necesitamos muchos pediatras para velar por la salud de los menores. La imagen de una familia era una que incluía tres o cuatro hijos y para otros el ideal lo expresaban al decir: “Me gustaría la parejita, un nene y una nena.” Muchas familias lo lograron, tuvieron dos hijos y el tercero llego porque “Buscaban la nena”. Los demógrafos lo clasifican como una situación donde la pareja se reemplazó en la población. Ahora, esperan disfrutar de los nietos pero, sus hijos prefieren tener un solo hijo(a). Otros están esperando que los hijos, que ya han superado los treinta años, le regalen un nieto o nieta y se lo expresan directamente.
La gente joven adulta escucha las recomendaciones de padres y familiares de edad avanzada indicándoles que deben tener hijos cuando son jóvenes. Sin embargo, en ocasiones se les escucha dar respuestas donde informan que la vida esta cara y que se requieren muchas horas para conseguir el sustento y cubrir otros gastos de vida. Piensan en el tiempo que necesitan para atender los hijos y el dinero que se requiere para mantener y educar a su descendencia. Si les preguntas, “¿Cuántos hijos quieres tener?”, estos responden uno y aducen motivos emocionales, sentimentales o familiares para explicar su preferencia. Las tasas de natalidad indican que muchos toman acciones para evitar los hijos y se han reducido los nacimientos en Puerto Rico. Esta preferencia expresada por muchos en edad reproductiva explica porque observamos una tasa de fertilidad en el 2019 de 1.2 nacimientos por mujer y una base de tamaño reducido que da forma a la pirámide invertida.
Este escenario se distancia de lo que contestaban sus antepasados censados en las primeras décadas del siglo 20, cuando la sociedad favorecía las familias numerosas. En esa época, la respuesta a la pregunta, “¿Cuántos hijos quieres tener?” se respondía, muchas veces influenciados por enseñanzas religiosas, “Los que Dios mande o quiera”. Durante el principio del siglo 20, la mortalidad era alta para todos los grupos de edad incluyendo a los recién nacidos y los infantes. Esto creaba preocupación porque era probable que algunos de los hijos murieran. El temor se fundamentaba en lo observado. En el 1903, la mortalidad infantil en el primer año de vida era de 204 por cada 1,000 nacimientos vivos.1 A mediados del siglo 20, la tasa de mortalidad infantil era de 66 por cada 1,000 nacimientos vivos y, al presente (2018), la tasa se ha reducido a 6 muertes por cada 1,000 nacimientos. Actualmente, la probabilidad de muerte de un hijo en los primeros años de vida es baja y el temor a la muerte del bebe o infante no es algo que motive a muchas parejas a tener más hijos.
Este patrón de crecimiento poblacional informó planes para el futuro como lo son el Seguro Social y muchos de los sistemas de pensiones. Estos fueron diseñados, en Puerto Rico y en otras partes del mundo, pensado en el patrón de pirámide expansiva. Se asumió que una creciente población joven contribuiría a sostener a una reducida población de edad avanzada. El sistema diseñado debía garantizar el bienestar de las personas que trabajaron cuando dejaran de producir y tuvieran una edad avanzada. Lo planificado no es lo que sucedió. Los cambios en los patrones demográficos crearon sociedades con aumento en el tamaño de la población envejeciente y menos adultos jóvenes en edades productivas que contribuyan al sistema. Las sociedades donde la estructura de la población exhibe el patrón de pirámides estancadas o invertidas enfrentan retos para atender la población que planificó su vejez dependiendo de esos sistemas.
Hay vulnerabilidad en los envejecientes que se agudizan cuando tienen bajos ingresos. En las noticias nos presentan casos conmovedores que nos llevan a expresar comentarios sobre la insensibilidad de los hijos y de otros familiares. No son historias aisladas de problemas personales o familiares porque encontramos muchos envejecientes que no forman parte de una red de apoyo familiar. No es raro que nos informen que la mujer no tiene hijos o que estos murieron y perdió la casa porque los beneficios de Seguro Social no daban para pagar la hipoteca, que los familiares viven lejos y la persona no quiere mudarse de su comunidad, que confiaron sus ahorros en una persona que los estafó o que el dinero que reciben de la pensión solo da para comida y alguna de las medicinas y por eso no arreglan la casa. Ya no es común ver a los envejecientes en unidades domésticas de familias extendidas que los protejan. Al aumentar esa población vulnerable se afecta toda la sociedad ya que para tener una buena convivencia social no se pueden ignorar los problemas de un segmento de la sociedad que aumenta en tamaño.
Escuchamos a los políticos expresando que defenderán las escuelas y que construirán parques acuáticos y canchas para los niños. Eso es necesario porque los menores necesitan la protección de la sociedad y eso incluye brindarles acceso a la educación y a la recreación, pero ignorar que la población envejeciente también necesita protecciones creara problemas sociales. Existe una nueva realidad demográfica en nuestra sociedad y las interpretaciones, los valores y las expectativas del pasado no informan sobre lo que se tiene que planificar y atender para proteger a todos los miembros de la sociedad.

La pirámide de población es una gráfica que Ilustra la distribución de una población por edad y sexo. El tamaño de cada barra presenta la cantidad de personas que pertenecen a cohortes o grupos de edad o sea, el conjunto de personas que nacen en un periodo de tiempo. Generalmente se subdivide en grupos de 5 años o 10 años donde la base presenta los menores de 0 a 5 o de 0 a 10, luego se ilustran los otros grupos hasta terminar con los grupos de edad avanzada. Presenta en un histograma de barras donde el lado izquierdo presenta la población masculina y el lado derecho presenta la población femenina. Una pirámide retrata la situación en un momento dado pero al compararlas de forma histórica se pueden identificar cambios en los patrones de natalidad, mortalidad y migración en una sociedad.
El término pirámide se utiliza ya que en poblaciones con un patrón de alta natalidad y mortalidad se dibuja una forma piramidal. Hay una base ancha representando el gran tamaño de la población de temprana edad y, al ocurrir mortalidad en todos los grupos de edad, según avanzan la edad el tamaño de las cohortes disminuye, de forma escalonada, y en el tope las barras son reducidas dada la pocas personas que componen los grupos de edad avanzada.
La forma de la pirámide refleja eventos vitales: la natalidad, la mortalidad en los grupos de edad, la esperanza de vida en esa población y los procesos migratorios. Cuando ocurren eventos de mortalidad por violencia, enfermedad o catástrofes se reduce el tamaño de las barras correspondientes a los grupos de edad más afectados. La emigración también disminuye el tamaño de las barras cuando ocurre emigración de individuos en grupos específicos por edad y sexo. La inmigración aumenta el tamaño de las barras de las cohortes o grupos de edad de las personas que se integran a la población.
Se clasifican en tres patrones distintivos: expansiva, estable o estancada y constrictiva.
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Expansiva o progresiva con barras inferiores creando una base ancha de menores y un tope fino de pocos envejecientes: es característica de grupos con natalidad y mortalidad alta y poca esperanza de vida. |
Es el patrón observado en sociedades con crecimiento poblacional donde hay natalidad y mortalidad alta. Se relaciona con sociedades agrarias donde la mano de obra de los hijos contribuye a la economía familiar. En estas sociedades la mortalidad es alta desde la niñez debido a condiciones inadecuadas de salud y prevalencia de enfermedades contagiosas. Los países de África occidental exhiben este patrón actualmente.1 |
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Estable, estática o estancada con barras de tamaño similar en menores y adultos creando una pirámide con base cuadrada donde al incrementar la esperanza de vida aumenta la población de envejecientes que solo se reduce en edades bien avanzadas. Es característica de grupos donde las tasas de fertilidad y mortalidad se equiparan y aumenta la esperanza de vida. Se encuentra en grupos donde disminuye la importancia de la economía de producción agrícola tradicional y se adopta la industrialización. La población se integra al trabajo industrial y estilos de vida urbana. |
Es el patrón observado en sociedades sin crecimiento poblacional dado que se va reemplazando la población y abundan las familias de dos hijos. También, disminuye la mortalidad en todos los grupos de edad. La población del grupo ni crece ni disminuye. Se asocia con mejores condiciones de vida y de salud en la sociedad. Los países de Sur América tienen este patrón.1 |
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Constrictiva o regresiva con barras de menor tamaño en la base donde se ubican los menores y aumento progresivo en el tamaño de las barras representando los adultos de edad media y avanzada. La mortalidad se concentra en edades bien avanzadas. Es característica de grupos de baja natalidad y mayor esperanza de vida debido a mejores condiciones de salud en las personad de edad avanzada. |
Es el patrón observado en sociedades donde disminuye la población. El patrón se encuentra en sociedades con excelentes condiciones de vida y sistemas de salud con tecnologías avanzadas. Se relaciona con sociedades post industriales y los países europeos de altos ingresos exhiben este patrón.3 |

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Vázquez Calzada, José L. (1978). La población de Puerto Rico y su trayectoria histórica. Río Piedras, Puerto Rico: Centro multidisciplinario de estudios poblacionales (CEMEP, Inc): pp. 403.
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Abel, J. R., & Deitz, R. (2014). The causes and consequences of Puerto Rico’s declining population. Current issues in Economics and Finance, 20(4).